Este artículo va dirigido a vos que sos integrante de la comunidad, has adquirido algún servicio de Nutrición, sos profesional en Nutrición o sos estudiante de Nutrición, pero todos tienen algo en común: hoy por hoy seguís pensando que la parte importante de la consulta de Nutrición es la balanza.
Primero quiero contarte que mi amor por la Nutrición nació cuando tenía 9 años, ¡sí, 9 años! mi mamá era estudiante de Enfermería y al ser yo su cuarta hija (y la menor) tenía más inconvenientes para dejarme con alguien mientras ella iba a sus clases de la "U". Recuerdo que los sábados me despertaba antes que saliera el sol porque tenía que alistarme para irnos al cruce de Barranca a tomar el primer bus que venía de Guanacaste y llegaba a San José, donde recibía sus clases.
Claramente yo era la única niña en esa aula, mi mamá me sentaba en el último pupitre con un libro de pintar, lápices de color y un cuaderno donde me consumía todo el día hasta que regresábamos a Puntarenas o hasta que me aburriera de colorear y ¡prestaba atención a sus clases! lo que sucediera primero, y yo siempre he sido dispersa, así que te podrás imaginar que el libro de pintar regresaba a medias.
Los enfermeros llevan un curso básico de Nutrición, y aunque no sé decirte si ese era uno de los cursos a los que asistía cada sábado más el hecho de que mami se sentaba a estudiar con nosotros y repetir como lorita todo lo que aprendía para sus exámenes, es posible que mi inconsciente absorbiera toda esa información y la guardara en su ADN (aunque pensándolo bien lo guardé en mi corazón en algún lugar donde se guardan los sueños).
Los que me conocen desde antes sabrán que no miento cuando les digo que siempre he sido rebelde y he tratado de hacer las cosas diferentes a como los demás piensan que se deben hacer, por eso cuando era yo la que estaba sacando mi carrera sabía que había algo que yo quería ser: ¡MI PROPIA JEFE! Y la razón era muy clara: quería poder tener las herramientas para educar a las personas sin que nadie me detuviera por falta de presupuesto o por celos profesionales en el lugar de trabajo, básicamente: HACER LO QUE ME DIERA LA GANA!!!!
Y aquí estoy en este artículo escribiéndote, contándote y haciendo eso: ¡LO QUE ME DA LA GANA!
Un nutricionista no dedica más de 5 años de formación profesional a subirte a una balanza, tampoco dedicamos tiempo extraordinario a capacitaciones, congresos, maestrías y lecturas a subirte a la balanza; lo hacemos para EDUCARTE, porque la educación es la herramienta más poderosa que tiene el mundo y es la herramienta más poderosa que tenés vos para mejorar tu calidad de vida. El conocimiento es poder.
Sí, te reconozco que ese concepto existe porque nosotros hemos colaborado a que así lo creas, también tengo que decirte que no es 100% nuestra culpa, de alguna manera fuimos formados académicamente a brindar estrategias para combatir la obesidad y cuando pensamos en obesidad automáticamente pensamos: ¡PERDER PESO!
Pero yo quiero creer que hay algo más poderoso que perder peso y es tu BIEN-ESTAR, te pregunto: ¿cómo lograr bienestar si te obsesionas con un número? pensalo unos segundos, creo que no es posible ya que sacrificas salud mental.
Te vuelvo a preguntar: ¿cómo logras bienestar si buscas solamente perder peso sin cambiar hábitos? o más bien ¿se puede mantener el peso perdido sin cambiar mi estilo de vida, y al mismo tiempo lograr Bien-Estar? Creo que ya aquí todos hicimos un corto circuito!!!
Como Nutricionista creo que mi propósito en mi consulta es LA EDUCACIÓN, si no te educo voy hacer que dependas de mi siempre y eso podría eventualmente asegurarme un ingreso fijo a corto o mediano plazo, pero si te educo, ¿tenés idea de TODO lo que gano si te educo?
Cuando dedico mi tiempo en la consulta a darte EDUCACIÓN NUTRICIONAL Y DE BIENESTAR yo gano:
1. Un ser humano agradecido con mi ayuda en el proceso.
2. Un individuo empoderado con el control de sus nuevos hábitos y de su enfermedad.
3. Una familia feliz porque uno de sus miembros mejoró su calidad de vida.
4. La mejor recomendación que vos de fijo vas hacer cuando salgas de mi cita.
5. Un amigo para toda la vida.
6. Una alegría inmensa de saber que haciendo lo que me da la gana te ayudo a vos!!!!
Y pues ya sabes que hay cosas que el dinero no puede comprar.
Entonces te quiero contar qué hacemos en una sesión virtual, y porqué es más importante esa sesión que subirte a la balanza:
1. Estudio tu estilo de vida: horarios de trabajo, horas de sueño, horas de ocio.
2. Evalúo tus gustos y preferencias.
3. Analizo tu estado de salud: laboratorios recientes, medicamentos actuales, lesiones.
4. Estudio tus hábitos alimentarios: gustos y preferencias, acceso a alimentos.
5. Te brindo propuestas de trabajo para cambio de hábitos, conmigo nada es impuesto, todas son propuestas en base a lo que vos podes hacer.
6. Trabajo en recomendaciones específicas para tus necesidades.
7. Te elaboro un plan de alimentación personalizado.
8. Te doy un ejemplo de menú personalizado, con todo aquello que te encanta comer.
9. Educación nutricional en cada sesión, como te decía la educación te va llevar lejos cuando de bienestar se trata. Querés conocer sobre un tema: decímelo y lo hacemos realidad!
10. Analizamos los cambios obtenidos: laboratorios, hábitos adquiridos, reducción de dosis de medicamentos, termómetro de adherencia, algunas medidas de referencia (con centímetro, balanza si tienes, con fotos, con prendas -la imaginación es el límite-).
Ahora que leíste esto: ¿cómo te sentirías si asistís a una sesión virtual conmigo y no te subís a una balanza pero recibís todo eso que mencioné? ¿Seguís pensando que la balanza es indispensable?
Es por eso que te invito a reservar tus sesiones educativas OnLine, y comenzar a nutrir tu bienestar de manera adecuada. El momento siempre es ¡HOY!
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